¡Viajar y encima como premio!

Los viajes de incentivo. De este tema trata el post de hoy. De cómo las empresas premian a sus empleados a través de estas experiencias, estas remuneraciones no económicas pero con alto poder motivacional y de unión entre empleado-empleado y empleado-empleador. Veremos cuáles son los beneficios que provocan tanto en los trabajadores (motivación, sentimiento de pertenencia, compromiso con la empresa) como en el empresario (aumento del resultado económico, mejor ambiente de trabajo, empleados más felices). ¡Vamos con ello!

¿A quién no le gusta viajar?

Y ya no hablo de viajar a países exóticos, destinos tropicales o misteriosos ecosistemas… Viajar en el sentido… ¡necesitaba salir de mi rutina!  Cuatro días en la playa, dos días en una casa rural perdida en las montañas, o  ¿por qué no? Me voy con mi mochila diez días a Tailandia. Hay infinitos tipos de viajes, para todos los gustos y bolsillos y durante los 365 días que tiene el año. Pero lo que es común a todos ellos es lo que buscamos al realizarlos; vivir, experimentar cosas nuevas, sentir el mundo a tus pies, dejar la mente en blanco, desprenderse de las preocupaciones de la vida diaria y simplemente sentir la vida latir en cada poro de tu piel. Absorber la cultura de diferentes personas y lugares, saborear la gastronomía única de cada lugar, dejarte envolver por la maravillosa atmósfera creada de lo que nos resulta desconocido pero por ello doblemente atractivo y apasionante. En pocas palabras; enriquecer tu alma y sanar tu mente.

Bueno, ¿y si te digo que todo esto te lo ofrecen en forma de recompensa por tu visible esfuerzo como trabajador de tu empresa? ¿No te resulta doblemente satisfactorio? Vas a poder vivir una experiencia que recordarás el resto de tu vida y además vas a sentir ese increíble sentimiento de orgullo y satisfacción que supone que reconozcan tu valor como trabajador y como persona.

En Inspira Wokspaces sabemos cómo es el ritmo de trabajo de muchas personas de negocios. El día a día se vive con mucha intensidad. Lo vemos en cada una de nuestras salas, cada vez que se organizan importantes reuniones corporativas o formaciones empresariales, o en cada despacho, viendo como sale y entra una inmensa cantidad de personas nerviosas por la entrevista de trabajo a la que se enfrentan. O, relajándote en el espacio coworking, a medida que pasan los días, las conversaciones entre los coworkers suelen estar relacionadas con lo pesada que se está haciendo la semana y las ganas de fin de semana que tienen en el cuerpo. Es completamente lógico y necesario el darle al botón de OFF por unos días y disfrutar de uno mismo y de todo lo bueno que este mundo nos ofrece. Por ello, un viaje es la opción ideal para ello y, si encima, sirve para hacer que tus empleados se unan más entre ellos y con tu empresa, resulta perfecto.

El comienzo de los viajes de incentivos.

Los viajes de incentivos como tal, comenzaron teniendo un único objetivo; el premiar a los trabajadores de una plantilla empresarial tras los buenos resultados obtenidos en el año laboral. Llamémosle “recompensa” por un buen rendimiento que ha desembocado en un ascendente crecimiento económico del negocio.

Sin embargo, en la actualidad vemos como esto está cambiando.  El principal objetivo de las empresas al premiar a sus trabajadores con un viaje de incentivo sigue siendo el concepto comentado de “recompensa”, de “agradecimiento”. Pero a este objetivo se le han ido uniendo otros nuevos, como utilizar estos viajes como una potente herramienta de motivación hacia sus empleados. Pero bueno, esta fórmula tampoco es algo nuevo. Qué padre o madre no le ha dicho a su hijo; “si haces bien los deberes y apruebas el examen del jueves, el sábado iremos al cine”. Pues esto es básicamente lo mismo, sólo que las consecuencias de motivar a un trabajador a bordar su trabajo pueden significar un enorme incremento de la productividad y rendimiento laboral que lleve al empresario a obtener excelentes y crecientes resultados económicos.

En este vídeo, Miguel Velasco, gerente general de la agencia de viajes Coltur, nos explica cómo un viaje de incentivo puede motivar enormemente a los trabajadores al ver recompensado su trabajo, creando un recuerdo mucho más perdurable en la memoria. El factor de la motivación de tu plantilla de trabajo es la fuerza de venta más importante para el negocio, por lo que invertir en este tipo de viajes es completamente rentable para la empresa:

 

Beneficios para la totalidad de la empresa.

Cuando un trabajador sabe que el premio por realizar bien su trabajo va a ser viajar, se motiva y aumenta su esfuerzo al máximo para conseguirlo. Y ¿a qué conlleva esto? A una mejora global del rendimiento y productividad empresarial en su conjunto.

Otro beneficio que consiguen las empresas al premiar a sus trabajadores con viajes de incentivo, y que a mí personalmente me parece una increíble estrategia de marketing, es la potente mejoría en su imagen de marca desde el punto de vista de los clientes y de la sociedad en general.

Recuerdo que tuve un amigo que trabajó durante unos años en la tienda oficial de Apple. Yo alucinaba cuando me comentaba que la cesta de Navidad que le regalaban cada año no contenía jamón, vino ni otros productos de la gastronomía. Su cesta estaba llena de productos Apple, como Iphones, Tablets, auriculares, ordenadores, etc. Recuerdo pensar… madre mía, yo quiero trabajar en Apple.

A eso me refiero con mejorar tu imagen empresarial ante la sociedad. Transmites la idea de premiar a tus empleados con fantásticas recompensas, lo que hace pensar que tu empresa va bien, que te implicas con tus empleados, que los mimas y te preocupas por su bienestar, fidelidad y felicidad. Vamos, que a cualquier persona le encantaría poder trabajar en tu empresa.

Fortalecimiento de las relaciones personales. Un mejor ambiente de trabajo.

Además de todos estos beneficios que comentamos a nivel externo y a nivel motivacional del trabajador que conlleve a una mejora del rendimiento a nivel interno, está el factor del fomento de las relaciones entre el personal. La realización de un viaje junto a otras personas suele estrechar lazos entre los participantes, ya que se realizan muchas actividades en conjunto. Podríamos llamarlas actividades de “team building”, con las que conseguimos que nuestros trabajadores potencien sus habilidades de trabajo en equipo y que sus relaciones entre compañeros mejoren notablemente.

¿Cómo organizo mi viaje de incentivo?

Todo esto puede empezar por citar a los empleados de tu workspace a una reunión para comunicarles tu idea de realizar un viaje juntos. Sentados todos a la mesa, podéis comenzar a establecer las pautas del viaje: en qué hoteles podéis alojaros, qué restaurantes tienen mejores recomendaciones, qué visitas son absolutamente imprescindibles y, ¿por qué no,  dónde está esa famosa zona de bares de copas para ir el sábado noche a divertirse un rato?

En verdad, el tener un equipo de trabajadores felices y que se aprecian entre sí, significa una sinergia enorme para la empresa, ya que esto implicará fidelidad del trabajador hacia el negocio, ya que se encuentra a gusto dentro de la empresa, tiene lazos de amistad con sus compañeros y además motivación para llevar a cabo lo mejor posible su trabajo.

En resumen, un viaje de incentivo no es un gasto que computar y contabilizar en la cuenta del negocio, sino más bien una inversión que aportará unos beneficios que, primeramente, no serán económicos, pero que a largo plazo, se traducirán en increíbles mejoras de los resultados empresariales, como consecuencia de la motivación creada, la facilitación de entablar lazos entre los trabajadores que fidelicen su estancia en nuestra empresa y por la mejora en la imagen corporativa del negocio en sociedad.